Despertando...

     Hay épocas tan tristes, que intentar ponerles palabras mientras se viven es casi imposible, pues una está perpleja, muda, inmóvil...pero pasan, pasan...dice el refrán zen: "siéntate tranquilo, no hagas nada, la primavera llega y la hierba crece"... La edad ayuda mucho a saber pasar esas tristezas de maneras menos tristes, invocando el bienestar sin concentrarnos sólo en el dolor.
   Y cuando comienzan a pasar una teme encontrarse con aquello que ha logrado erradicar de los pensamientos y de la vida, teme a la merma que se sigue experimentando cada vez que se recuerda, hay pasados que nos cuesta trabajo dejar de pensar.
   Sin embargo, la realidad y el tiempo siempre nos alcanzan, la etapa de negación pasa y una va teniendo que hacer frente a esas emociones que se han dejado guardadas y en pausa, ¿Qué ha pasado con aquello que extrañamos tanto? ¿En dónde se está después de un año de intentar no pensar, no saber, no querer querer?, a veces una debería sólo dejarlo estar, respirar ...dejar que los pensamiento de ansiedad  y de querer saber pasen sin que sean quienes nos motiven a la acción, ninguno es buen consejero cuando de cosas de desamor se trata.