jueves, 17 de octubre de 2013

Hay días.

CANCIÓN DE LA VIDA PROFUNDA


Hay días en que somos tan móviles, tan móviles,
como las leves briznas al viento y al azar...
Tal vez bajo otro cielo la Gloria nos sonría...
La vida es clara, undívaga y abierta como un mar...
Y hay días en que somos tan fértiles, tan fértiles,
como en Abril el campo, que tiembla de pasión;
bajo el influjo próvido de espirituales lluvias,
el alma está brotando florestas de ilusión.
Y hay días en que somos tan sórdidos, tan sórdidos,
como la entraña obscura de obscuro pedernal;
la noche nos sorprende, con sus profusas lámparas,
en rútilas monedas tasando el bien y el mal.
Y hay días en que somos tan plácidos, tan plácidos...
-¡niñez en el crepúsculo! ¡lagunas de zafir! -
que un verso, un trino, un monte, un pájaro que cruza,
¡y hasta las propias penas! nos hacen sonreír...
Y hay días en que somos tan lúbricos, tan lúbricos,
que nos depara en vano su carne la mujer;
tras de ceñir un talle y acariciar un seno,
la redondez de un fruto nos vuelve a estremecer.
Y hay días en que somos tan lúgubres, tan lúgubres,
como en las noches lúgubres el llanto del pinar:
el alma gime entonces bajo el dolor del mundo,
y acaso ni Dios mismo nos pueda consolar.
Mas hay también ¡oh Tierra! un día... un día... un día...
en que levamos anclas para jamás volver;
un día en que discurren vientos ineluctables...
¡Un día en que ya nadie nos puede retener!

Porfirio Barba-Jacob







lunes, 7 de octubre de 2013

No aparezcas más.

A veces quisiera negar el pasado y hacer como que no fue, es imposible, el pasado nos determina...Sin embargo, al no ser más esos de antes, no estamos determinados eternamente por el.
Hay pasados que se manifiestan de repente, esos que nos mueven emociones, que nos hacen ponernos melancólicos y hasta derramar una que otra de esas que le achacan a los cocodrilos ( siempre he dudado de que lloren, y nunca he sabido muy bien por que se dice así "lágrimas de cococdrilo") en fin, que esas apariciones nos remueven tanto que desearíamos mejor vivir en otra ciudad, o tener círculos diferentes de amistades...pero no, lidiar con el asado a veces implica encontrárselo, he irlo actualizando, muy a nuestro pesar.
No aparezcas más, que con tu fantasma tengo.