La víspera de todos los santos, Halloween en los países anglosajones, tiene lugar el 31 de Octubre y es la antigua fiesta celta de Shamhain. Es una fiesta de los muertos, y si bien fue cristianizada, en realidad se trata de un festival de fuego como reconocimiento del final del verano y el inicio del invierno. En la antigua tradición manx, de la isla británica de Man, e irlandesa, la festividad de Todos los Santos se consideraba como el inicio de un nuevo año.
CEREMONIA WICCA
Después de la puesta del sol, y preferiblemente alrededor de las 9 de la noche, tome un cuenco de barro y entiérrelo en el suelo hasta el borde . Eche sal en el cuenco y coloque en la sal una vela que deberá ser lo bastante corta para que la llama quede por debajo del nivel del suelo. Cada celebrante o si se prefieré sólo el líder, deberá sostener un vaso o cáliz de vino tinto. Los celebrantes se reunirán alrededor del recipiente y dirán en voz baja:
Benditos sean los muertos que saben.
Benditos sean los muertos que vigilan.
Esto se dirá al unísono tres veces, y entonces el lider dirá:
En nombre de la bondad y misericordia
y en el santo poder
concedednos nuestra proteccción y guía
durante este año
bendecid esta casa y a sus moradores
con vuestra sabiduría ,
bendecid esta casa y a sus moradores
con vuestra fuerza,
bendecid esta casa y a sus moradores
con vuestro bien.
Responder si es tal vuestra voluntad.
Se guardará unos instantes de silencio, durante los cuales la llama responderá oscilando o no lo hará . Tras esta pausa, tanto si la llama ha oscilado como si no, el líder dirá:
Os damos las bendiciones
de todas las maneras que podemos bendecir.
Gratitud por todo el bien que habeís hecho.
Reverencia por toda vuestra aayuda y guía
Esto decimos en esta noche del año.
como un símbolo de todas las noches
de todos nuestros años.
Entonces dirá tres veces: Benditos seaís!. Tras él o ella, los celebrantes repetirán estas palabras tres veces.
Se vertirá vino rojo sobre la tierra alrededor del recipiente y un poquito en éste, no tanto como para apagar la vela. Hay que ésta se consuma por si sola, y a la mañana siguiente el contenido del cuenco se enterrará en un lugar apropiado.
Si la ceremonia se realiza dentro de la casa, el cuenco deberá colocarse en el centro de un círculo en el suelo, o en el centro de una mesa redonda, y la vela se fijará en tierra que habrá sido cubierta con sal. Como esto es en escencia un ritual de bendición de la casa, es posible que sus moradores tengan que realizarlo en el interior, pues de lo contrario se desviarían del propósito central del acto.
FUENTE: El retorno de las brujas, Robin Skelton.
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