Me senté a recordar
hacia el final del parque y me vino el recuerdo
como una fiebre de hambre,
pero un recuerdo de esos, tranquilos,
sin personajes;
un recuerdo de esos que no se miden,
que no se cuentan
y que no saben,
de esos, oscuros de tanta luz,
vacios de ser tan grandes.
CORAL BRACHO
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